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Académico de Diseño UV Felipe Hermosilla inaugura en España obras en honor a José Donoso y Antonio Llidó

04 Dic 2024

El académico de la Escuela de Diseño UV y escultor, Felipe Hermosilla, acaba de inaugurar dos obras en España: “El lío de Donoso”, en el frontis de la casa que el escritor chileno habitó por cuatro años en Calaceite, Aragón y otra en honor al sacerdote español Antonio Llidó en su natal Xabia, religioso desaparecido en Chile en 1974 por la dictadura militar. Ambas piezas construidas luego de ganar un concurso de la Fundación Chile España y la Embajada de Chile en España.  

Al respecto el académico cuenta que “en los años 70’ José Donoso, junto a sus amigos Mario Vargas llosa, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez llegaron a Calaceite, un pueblo medieval, y lo transformaron en un verdadero centro cultural. Con ellos llegaron muchos artistas que realizaban tertulias de casa en casa, pero el gran iniciador de la cofradía fue Donoso, que volvió a Chile 1978. En el marco de su centenario el ayuntamiento de Calaceite decidió honrarlo”.

Sobre su escultura señala que “Desde Chile tomé la planta del pueblo medieval y la corté en una plancha de fierro de 10 milímetros. Hice libros abiertos en distintos ángulos en acero y los puse como edificios, desde diferentes alturas, emulando las casas, el taller y la conversación. Con láser puse el mapa de Chile, porque la idea era dejar en Calaceite un libro con el mapa de nuestro país que representa a Donoso”.

De Valencia a Quillota

Antonio Llidó nació en Xabia, Valencia en 1936. La historia de este sacerdote con vocación de educador cautivó a Hermosilla: “De ideología de izquierda y ligado a la Teología de la Liberación, en 1969 lo mandan en comisión a Sudamérica y se establece en Quillota. A los dos años de su llegada se hace del MIR, se da cuenta que la pobreza en Chile es tres veces más que en España. Estaba convencido en hacer la revolución a través de la educación y enseñar a los niños a convertirse en abogados, profesores, médicos, artistas o ingenieros para cambiar desde dentro la realidad. En 1974 lo detiene la CNI, fue torturado en Cuatro Álamos y es el único desaparecido de los seis sacerdotes asesinados por la dictadura de Pinochet”.

“Nunca más volvió a su pueblo natal. Leí sus cartas y fue muy emotivo. Para su obra viajé a Quillota, donde el cerro La Campana se ve de todos lados, entendiendo que fue su referente. Construí el cerro en fierro con diversas perforaciones, en las que puse un tostador de pan, producto de diseño chileno aparece el año 1920. La idea era llevar parte de su historia a su tierra natal. El tostador porque me imaginé que tomaba desayuno con los más pobres y La Campana como marco para este cura quería la revolución a través de la educación”, comenta. 

Símbolos propios

El artista explica que ambas obras las hizo en España, en una estadía de un mes, donde estuvo trabajando en un taller de fierro: “Me fui a Barcelona a vivir, fue una experiencia increíble. Son obras distintas en cuanto a su temática, como en la forma de enfrentarla. La de Donoso es más abstracta, por el espíritu que él significó para el pueblo”.

“La de Llidó me agarró fuerte, fue una especie de cierre, con mucho significado desde lo político. Tengo sesenta años de edad, tenía diez para la dictadura y lo que tuvo que vivir este cura fue un acto horrendo. Encarar eso fue muy importante, tiene muchos símbolos propios”, agrega.

“Me gustan las dos, dejar instaladas dos obras en España es un logro profesional, un reconocimiento a mi trayectoria, una inyección de energía, ganar un par de concursos y trabajar España fue inolvidable, marca un antes y después en mi vida como artista”, indica.